Historias rescatadas por Aída María Román.
Diciembre 2008.
Le he pedido a Raúl que saque del baúl de sus recuerdos algunas de sus historias vividas en el pasado y de las que él se queja que no le permitieron llevar a cabo sus ideales de convertirse en profundo investigador de la Física Teórica. Él me aceptó esta sugerencia convencido de que se deben contar en las memorias todos los tipos de vivencias por las que se ha pasado. He aquí sus cinco sorprendentes relatos que me ha entregado.
“Como ustedes probablemente quizás habrán leído en una parte de mis memorias, yo soy actualmente Profesor de Matemáticas y Física, jubilado de la Universidad de Santiago. Por mi profesión tan específica no debería haber tenido esta gran variedad de otras actividades. Relataré mi participación en cinco de estas actividades diferentes que no tenían nada que ver directamente con mi profesión:
1.-fui fundador, con mi amigo Hernán Muñoz, de la Fábrica de Escobas Atlas;
2.-fundé, dirigí y financié una cadena de tres almacenes;
3.-participé en la elaboración y exportación de carburo mediante una excelente producción de su materia prima, vale decir carbón vegetal;
4.-participé en la extracción del petróleo en Neuquén, Argentina;
5.-participé en la extracción del gas natural en Temuco”.
“Les voy a contar a continuación mi contribución en estos cinco insólitos casos que debieran haber estado fuera de mi competencia de profesor y son todos, por esto mismo, temas algo anecdóticos”.
1.-“FUI FUNDADOR, CON MI AMIGO HERNÁN MUÑOZ, DE LA FÁBRICA DE ESCOBAS ATLAS”
“En el año 1949 terminé mis estudios secundarios. Rendí mi examen de Bachillerato en Matemáticas y me inscribí para estudiar Pedagogía en Matemáticas y Física en la Universidad de Chile, en Santiago. Mi amigo inseparable Hernán Muñoz se inscribió para estudiar Pedagogía en la Escuela Normal Abelardo Núñez. Con Hernán teníamos una enorme capacidad para hacer más de una cosa a la vez y nos pareció muy normal comprar una fábrica de escobas que ofrecían en venta por medio del diario. Nuestra ingenuidad para los negocios era completa. Esta oferta tenía una trampa evidente y no nos dimos cuenta en absoluto. Después que le pagamos al ex dueño él nos vendió algo de materiales y nos entregó los rústicos instrumentos para hacer escobas. Nosotros fuimos vulgarmente engañados, ya que antes de pagarle nos habló de que nos vendía la fábrica funcionando. Entonces nos tuvimos que buscar urgentemente una casa para arrendar. Felizmente, algunos días después, encontramos una excelente casa recién construida. Nos trasladamos acompañados de cinco dudosos trabajadores entregados por el mafioso. Cuando quisimos llevar en orden los trabajos de oficina ninguno de estos seudo-trabajadores quiso entregarnos sus documentos de identidad. Una semana después éramos objeto de un segundo robo efectuado ahora por este grupo de desclasados. Estos tipos se nos arrancaron para no verlos nunca mas, llevándose las escobas fabricadas en esos días y otros materiales. Como teníamos espíritu juvenil muy optimista colocamos un aviso en el diario, que necesitábamos personal para la Fábrica de Escobas Atlas. Contratamos entonces a un matrimonio con sus dos hijos y nuera, que eran evangélicos y felizmente no tomaban vino. Teníamos una buena ventaja frente al lumpen anterior. Esta familia nos informó que no éramos los primeros en ser estafados por ese hombre de la calle Vivaceta. Trabajamos con ese grupo en forma muy armónica, ellos nos ayudaron a vender y lo primordial era que no tomaban vino, además eran muy responsables y la Fábrica de Escobas Atlas tomó vuelo y prestigio. Por motivos de nuestros estudios tuvimos que dejar este trabajo y vendimos la fábrica al contado, es decir, en muy buenas condiciones. Devolvimos la deuda que teníamos con el padre de Hernán y nos fuimos a Valparaíso y Viña del Mar a celebrar la venta del negocio y la linda experiencia”.
“Un par de meses después, con el dinero que aún nos quedaba de la venta de la fábrica, el 13 de diciembre de 1950, el mismo día que Hernán cumplió 21 años, nos fuimos a pasar las vacaciones de verano a Argentina. De Buenos Aires nos trasladamos a la vecina ciudad de La Plata, porque me había informado en mi residencial un estudiante venezolano que allí había un excelente centro de estudios universitarios, Universidad de La Plata. En este país descubrimos que la entrada a estudiar a las universidades era muy fácil. Prácticamente gobernaban las universidades los propios estudiantes. No había gastos para el ingreso, ya que la matrícula era absolutamente gratuita. Juré ante notario consular los estudios que tenía en Chile y quedé matriculado en lo que precisamente yo anhelaba, es decir, en el Doctorado de Física Teórica. Unos meses después recibí los documentos correspondientes y quedé matriculado oficialmente. Para financiar mis estudios trabajé en un centro frigorífico, que tenía más de cuatro mil trabajadores, en un horario desde las 20 a las 24 horas. Fui dirigente de los trabajadores en la sección Cámara Fría”.
2.-“FUNDÉ, DIRIGÍ Y FINANCIÉ UNA CADENA DE TRES ALMACENES”
“Cuando volví de Argentina me hice cargo de una parte de la herencia de mi padre. Con ella fundé, dirigí y financié una cadena de tres almacenes”.
“La cadena de los tres almacenes quedaron ubicados en los pueblos recién fundados del ramal de Lanco a Panguipulli. Corría un importante tren uniendo los seis pueblos de esta bifurcación incluyendo a estas dos localidades. Este ferrocarril llevaba las voluminosas cantidades de madera que salían de los alrededores de estos lugares y de las riveras del Lago Panguipulli. También este tren tenía por supuesto un viaje una vez al día con pasajeros desde estos pueblos a las ciudades capitales provinciales de Temuco y Valdivia, desde aquí se podía viajar además a otras ciudades, como por ejemplo a Santiago. Era el punto de conexión de este puerto de lago con casi todo Chile. Por otro lado el ferrocarril me servía para unir a mis tres almacenes. Los negocios estaban ubicados cerca de tres estaciones del ferrocarril: Malalhue, Melefquén y Huellahue. En ellos se vendían aparte de los abarrotes, herramientas, vajilla, géneros, zapatos, pantalones, etc. Este tipo de almacenes fueron los antecesores de los posteriores medianos supermercados”.
“Yo vivía en el pueblo de Malalhue y me movilizaba entre estos tres lugares y otras ciudades en una moto de carrera inglesa. En esos tiempos este vehículo era toda una novedad. Los alumnos de la escuela donde trabajaba mi esposa quedaban fascinados cuando la iba a dejar a ella a la escuela. Yo premiaba a los mejores alumnos de Marta dándoles un paseo en moto por las calles del pueblo. En una oportunidad tuve que correr en esa moto detrás del Tren Flecha, entre las ciudades de Lanco y Loncoche, hasta que logré alcanzarlo, aunque parecía una misión imposible. Tenía que hablar de negocios con una persona que viajaba en ese tren y en el momento en que yo llegaba a la estación de Lanco el tren partió; esto significaba que debía por lo tanto llegar en la moto, antes que el tren, a su próxima parada que era Loncoche.”
“Paralelamente a la fundación de los tres almacenes me tocó administrar la explotación de carbón vegetal para la Fabrica de Carburos de Nos. Una vez terminado el compromiso de venderle carbón vegetal a esta Fábrica decidí volver a Argentina a terminar el Doctorado de Física Teórica. Dejé toda la liquidación de los negocios en orden, sin deudas, antes de trasladarme a Argentina. Les contaré a continuación otra historia con los detalles de mi participación en la Fábrica de Carburos de Nos”.
3.-“PARTICIPÉ EN LA ELABORACIÓN Y EXPORTACIÓN DE CARBURO MEDIANTE UNA EXCELENTE PRODUCCIÓN DE SU MATERIA PRIMA, VALE DECIR CARBÓN VEGETAL”
“Varios años después de salir de la UNI audazmente hice un contrato con un ex compañero que conocí cuando estudiaba ingeniería y con el que habíamos hecho juntos las prácticas de laboratorio de la Universidad de Chile. Una década después, en la década de los años sesenta, él era uno de los dueños de la empresa de Carburo de Nos. El carburo tiene como materia prima fundamental el carbón vegetal, que es negro, y mucho menos denso que el carbón de piedra. Especialmente se usa el carbón liviano obtenido de las maderas del sur de Chile, por ser muy absorbente para los elementos químicos constituyentes del carburo. El carbón se usaba como combustible y calefacción en el cincuenta por ciento de las poblaciones en Chile. De la producción del carburo de esta empresa el diez por ciento era para consumo nacional y el otro noventa por ciento se exportaba. En el contrato con la empresa me comprometí a abastecerlos enviándoles de promedio un carro de treinta toneladas de carbón vegetal diariamente. Debía comenzar a cumplir con este compromiso en el breve tiempo de sólo tres meses”.
“Para este propósito afortunadamente me favorecieron un par de acontecimientos ocurridos precisamente en ese tiempo. Por la inauguración del Complejo Metalúrgico de Huachipato cerraron los Altos Hornos de Corral en Valdivia. Por este motivo quedaron cesantes muchísimos trabajadores, entre ellos los que fabricaban carbón vegetal para esta fundición. Sin saber esto coloqué un aviso en el diario El Correo de Valdivia diciendo -necesitamos personal experto en la fabricación del carbón vegetal. A mi oficina de esta ciudad llegaron numerosos interesados y como desde muy joven tenía experiencia al respecto logré elegir a trabajadores más responsables y sobre todo que no fuesen buenos para tomar vino a destajo”.
“Se cumplió el compromiso con la Fábrica de Carburo y dos meses después ya les entregaba más de un carro de 30 toneladas de carbón al día. Hicimos un segundo compromiso, consistente en comprar en esta zona de la provincia de Valdivia, en la que yo trabajaba, una hacienda de a lo menos 1000 hectáreas con el objetivo de abastecer a la empresa de Carburo de Nos con este carbón vegetal. El compromiso comprendía además explotar la madera apta para la construcción y muebles dejando limpios de troncos los lugares donde se extraían estas maderas, o sea, en condiciones apropiadas para la agricultura. Este proyecto era muy interesante y necesario por la enorme cantidad de materia prima para la empresa de Nos. Se debía obtener en los hornos metálicos especiales 50 toneladas de carbón vegetal diariamente. Yo debía administrar este complejo, donde se instalarían estos hornos metálicos especiales, subiría mis utilidades en un cincuenta por ciento y me prometían muchas otras garantías”.
“Sorpresivamente apareció en el diario El Correo de Valdivia un artículo enviado por una persona de Malalhue. Él afirmaba que yo acaparaba el carbón de toda la región, desde Lanco a Panguipulli y que tenía todas las bodegas de los Ferrocarriles de todo el ramal llenas de carbón. Él afirmaba que esta monopolización del carbón lo iba a hacer subir de precio y las consecuencias eran muy malas para toda la población. El intendente de Valdivia me citó muy cordialmente. Yo acudí de inmediato y le manifesté que era efectivo lo que decía esta persona, que yo ocupaba las bodegas de los Ferrocarriles de toda la región. Le demostré al intendente que no tenía ningún fundamento la acusación de que yo acaparaba el carbón y la cosa era muy al contrario, ya que tenía a un empleado atendiendo una bodega que vendía solamente carbón y además toda la cantidad que necesitaran. Estaba abierta al público de este pueblo y de los pueblos vecinos durante todo el día. Esta abundancia de carbón vegetal se debía a que tenía un enorme grupo de trabajadores produciendo carbón para la Fábrica de Carburo y la cantidad que compraba el público era inferior al diez por ciento de la producción. Tanto es así que me apodaron El Rey del Carbón. Le ofrecí al intendente todo el carbón que necesitaran para las emergencias. La Municipalidad de Valdivia envió un par de veces un camión a buscar carbón a una de mis bodegas”.
“De repente todos los proyectos se vinieron abajo. Me di cuenta que la Fábrica de Carburo de Nos me enviaba una liquidación mensual donde me pagaban el veinte por ciento menos del carbón que enviaba. O sea con esto, todas las utilidades estaban perdidas. Entonces renuncié a aceptar las ventajas ofrecidas y me fui a terminar mis estudios del Doctorado en Física Teórica a Argentina. Muchos años después supe que no era precisamente la empresa la que me robaba el veinte por ciento de mis utilidades, pero ya no era tiempo para retomar este interesante trabajo. El culpable fue un amigo que me quiso favorecer, quien sin que yo se lo pidiera hizo un mal trámite y el resultado obtenido fue al revés. Me pagaron el veinte por ciento menos y además me descontaron muchas toneladas de carbón por humedad. Mi amigo, sin imaginarse las graves consecuencias que traerían sus buenas intenciones, pasó a perjudicarme seriamente”.
4.-“PARTE DE LA HISTORIA DE LA EXTRACCIÓN DEL PETRÓLEO EN NEUQUÉN, ARGENTINA”
“Estudiaba Pedagogía en Matemáticas en la Universidad de Chile. Me trasladé en el año 1950 a estudiar el Doctorado de Física Teórica a la Universidad de La Plata, en Argentina. En la Universidad busqué contacto con otros estudiantes chilenos y nos oficializamos como grupo de chilenos en esta Universidad, con elección de presidente y tesorero. En La Plata estudiaban cerca de dos mil extranjeros. Estos eran en su gran mayoría latinoamericanos: bolivianos, peruanos, venezolanos, chilenos. Yo presidí el grupo de chilenos y posteriormente fui Secretario General de la Agrupación de los Estudiantes Extranjeros de toda Argentina, que sumaban varios miles”.
“En La Plata me hice íntimo amigo de Sergio Novogrusky, era un estudiante argentino de la Universidad, que vivía en la pieza contigua en mi misma residencial. Otro de mis grandes amigos allí en La Plata fue naturalmente Jorge Asuaje, venezolano, que fue el presidente de los estudiantes extranjeros en Argentina cuando yo era Secretario General. Era muy curioso que este íntimo amigo tenía la profesión de torero, de los buenos y famosos, en Venezuela”.
“Tiempo después, en Argentina conocí y me enamoré de Marta Sepúlveda que trabajaba en Chile y pasaba sus vacaciones en la zona de Buenos Aires. Mi apasionado amor me hizo idear un viaje a Chile, me casé con ella y me quedé trabajando en negocios. Debía administrar una cadena de tres almacenes y además una industria relacionada con la producción del carburo chileno, usando el carbón vegetal de mi producción. El capital que movía el negocio era una parte de la herencia dejada por mi padre. Posteriormente, cuatro años después, decidí dejar la explotación industrial del carbón para el carburo y los negocios en Chile para ir a terminar mi Doctorado de Física Teórica en Argentina”.
“Cuando regresé de Chile a Argentina encontré a mis dos amigos, Novogrusky y Asuaje, recién titulados de ingenieros. Me ofrecieron formar parte de una sociedad para trabajar en los cálculos, o en la construcción de edificios. Postulamos a varios llamados a concurso y nos ganaban las propuestas a estos concursos, empresas ya organizadas y con gruesos capitales. Decidimos orientar nuestro trabajar tomando solamente parte de estas grandes construcciones. Sin embargo hicimos contratos para instalar la parte eléctrica en algunos de estos edificios”.
“Les contaré a continuación como en Argentina acompañé en la investigación sobre el petróleo a mi amigo Novogrusky”.
“En aquel tiempo como nos iba regular en este tipo de trabajos de la construcción, con el objeto de cambiar de rumbo me dediqué a leer todos los días los diarios en la Biblioteca de la Universidad y en la Biblioteca Pública de La Plata. Leyendo los periódicos, un buen día, encontré un aviso muy interesante, diciendo que necesitaban un ingeniero argentino, con dominio del idioma ruso y que tenga ojalá conocimientos en la extracción del petróleo. ¡Eureka! me dije, aquí está mi amigo Sergio Novogrusky cubriendo tres de las cuatro condiciones, ser argentino, ingeniero y hablar ruso. Me fui de inmediato a la residencial, le toqué la puerta a mi vecino y le dije: ¡Traigo muy buenas noticias! Al contarle lo del aviso me di cuenta que siendo yo un optimista Sergio aún no lo era, aunque si bien realista. Él afirmó que la cuarta condición no la cumplía, ya que no tenía la menor idea de cómo trabajar en el área de extracción del petróleo. Y yo le aseveré, esto que tú dices que es importante lo aprendes rápidamente y creo que nosotros dos y Asuaje, empezaremos hoy mismo a hacer un seminario intensivo sobre el petróleo. Puedes enviar tus antecedentes y si te aceptan, cosa que sucederá en un par de meses mas, entonces es posible aún desistir. Después de muchas horas de discusión decidió mi amigo enviar sus antecedentes a la oficina central de la firma en Buenos Aires. Comenzamos ese mismo día el trabajo intensivo estudiando, durante diez horas diarias, todo lo relacionado con el petróleo”.
“La sorpresa fue grande, de nosotros tres, cuando una semana después de haber enviado la carta le aseguraban que había sido elegido y que debía presentarse en la Gerencia General de Buenos Aires para firmar el contrato. Así de sencillo, pasó de un día al otro, a convertirse, en el director de una empresa de investigación petrolífera formada nada menos que por dos países importantes, Argentina y la ex Unión Soviética. Le entregaron todo el equipo soviético recién llegado. Éste consistía en una caravana de vehículos cargados de instrumentos relacionados con la investigación del petróleo. Indirectamente yo y Jorge nos vimos envueltos en este proyecto. Novogrusky nos dejó en dos puestos de trabajo en su planta de investigación, en una especie de secretariado que él presidía. Éramos los tres inseparables amigos. Sin embargo, esta vez yo y Jorge estábamos impedidos para poder acompañarlo. Yo había vuelto de Chile a terminar mi Doctorado de Física Teórica y no podía cambiar de planes. Jorge Asuaje tampoco lo pudo acompañar, estaba recién casado y en plena luna de miel”.
“Novogrusky salió algunas semanas después con su caravana y equipo rumbo al suroeste de Buenos Aires. Mientras iba en la caravana me llamaba por teléfono todos los días contándome como le iba en sus investigaciones en terreno. Nuestra residencial y en especial su teléfono y el mío pasaron a convertirse en oficinas provisorias, haciéndome telefónicamente numerosísimos encargos burocráticos a diario. Él iba pues camino al suroeste, su destino era la zona de Neuquén, donde se sospechaba que podría haber petróleo o gas natural. Antes de llegar al mismo específico lugar de Neuquén Novogrusky quiso probar los instrumentos aún vírgenes recién llegados de la URSS. El personal que venía en la caravana estaba formado por expertos rusos y mi amigo Novogrusky felizmente hablaba con ellos en su propio idioma. Durante algunas semanas probaron los instrumentos haciendo explosiones simultáneas en varios puntos diferentes para cartografiar el lugar y finalmente llevaron a cabo una perforación real, por supuesto tomando todas las medidas de precaución correspondientes. Y esta si que fue una sorpresa en grande, ya que semanas después salió petróleo en muy buenas condiciones. Se podía utilizar casi de inmediato. Como era una prueba instrumental no se había convocado a los medios informativos, pero al día siguiente llegaron los periodistas y se llenaron los titulares de los diarios argentinos, ¡Petróleo en las cercanías de Neuquén! Yo había recibido esta noticia antes que apareciera en los diarios y me sentí muy emocionado, puesto que en algo importante había tenido que participar. Muchos años después ya estando jubilado me emocioné nuevamente cuando conocí en Chile las grandes tuberías que venían de Argentina con el gas de Neuquén”.
5.-“DESCUBRIMOS QUE TEMUCO FLOTA SOBRE UNA ALFOMBRA MÁGICA DE GAS NATURAL”
“Les voy a contar parte de la historia del inicio de la extracción del gas natural en Temuco”.
“Por motivos familiares volví desde Argentina para vivir en Chile con mi esposa e hija. En Argentina estudiaba el Doctorado de Física Teórica en la Universidad de La Plata. Después en Chile trabajé como profesor de Física en el Liceo de Hombres de Temuco y posteriormente como profesor en la Universidad Técnica del Estado, UTE, de esta ciudad. En esta Universidad fui elegido como representante de los profesores ante el Consejo Directivo de la UTE”.
“Entre las diversas actuaciones en las que me tocó participar en la UTE voy a contar en este caso una que es algo insólita para mi especialidad. Se trataba de una investigación relacionada con el gas natural en la provincia de Cautín, cuya capital es Temuco, llevada a cabo a fines de la década del 60. Como en Argentina ya había tenido una experiencia en la extracción del petróleo en Neuquén, me atreví a incorporarme a esta investigación que se estaba empezando a realizar en nuestra zona. La cosa comenzó con la denuncia de un campesino que temía ser afectado, tanto él como su familia, por el desagradable olor que apareció sorpresivamente junto a su ruca habitacional. Este y otros acontecimientos nos motivaron a hacer una investigación sobre el gas natural en esos alrededores de Temuco. Después de este hecho estuvimos investigando seriamente la posibilidad de extraer este gas natural. Para este efecto, pedimos ayuda, y nos enviaron a Temuco un grupo de investigadores de la Universidad de Chile. Se hizo entonces una exploración en estas tierras, donde vivía el campesino que hizo la denuncia, lugar que quedaba a escasos kilómetros al noroeste de Temuco. Felizmente nosotros y todos los investigadores éramos funcionarios estatales y estábamos imbuidos por la filosofía de no a la privatización de la energía. La no privatización de la energía había sido dada en forma ejemplar desde muchos años antes por el gobierno argentino. Decían ellos, que entregar el petróleo era como entregar la bandera argentina. Las empresas monopólicas internacionales del petróleo y sus derivados no permitían que los gobiernos de los países latinoamericanos fuesen los dueños de estas fuentes de energía. Recurrían a métodos legales e ilegales para evitarlo”.
“Se hizo una perforación y a relativamente mediana profundidad salió gas a gran presión por las tuberías. Se colocaron artefactos de medida de presión con sus llaves de salida correspondientes y se cercaron los alrededores”.
“Desgraciadamente, en el caso del gas natural que se localizó cerca de Temuco, una empresa internacional logró maniobrar con las conclusiones de los investigadores, colocando como conclusión que la extracción del gas natural en esta reciente exploración no era rentable, lo que significaba tirar a los archivos del olvido toda esa investigación. Los datos fidedignos, seguramente quedaron muy bien guardados en esa empresa internacional privada. Esta era una de las maniobras a las que recurrían estas empresas comprándose a algún integrante mafioso de la comisión, o por último a los que guardaban estas conclusiones”.
“Sospechando que habían estas maniobras de por medio, pedí autorización a los otros miembros del Consejo Directivo de la Universidad de Temuco, para que me facultaran a trabajar en nombre de la UTE aclarando este supuesto escándalo. Fui autorizado además para que me ayudaran en la investigación los otros dos profesores, con los que iniciamos estos trabajos. En la primera reunión que tuvimos resolvimos pedir la ayuda y un poder especial a la Sede Central de la Universidad Técnica en Santiago. Desde allí nos enviaron a un ingeniero francés, que tenía mucha experiencia en este tipo de investigaciones. Para este trabajo nuestra comisión disponía solamente del tiempo de doce horas a la semana. Con el ingeniero francés trabajamos unos meses y medimos, durante 240 horas continuadas, como disminuía la presión del gas después de estar abierta totalmente la salida y por supuesto encendido el gas expulsado. La levísima disminución de la presión, después de estas 240 horas, indicaba que había un depósito de gas subterráneo nada de despreciable. A criterio del especialista podíamos extraer gas durante varios años para una serie de industrias medianas, entre ellas nos aconsejaba utilizarlo para fabricar en la Universidad Técnica cerámicas y ladrillos refractarios”.
“Abandonamos esta investigación por razones burocráticas, ya que teníamos que renovar nuestros permisos para seguir trabajando allí. La experiencia fue muy interesante, ya que nos dimos cuenta de que en torno al petróleo y al gas natural se movían nefastos intereses muy poderosos. En este caso trataron de cerrarnos el paso en la investigación y lo lamentable es que lo consiguieron. Amenazaron a una de las personas de alto rango representativo e indirectamente a nuestra comisión para que abandonáramos esta exploración recién iniciada. ¡Teníamos gas natural a discreción para muchos años! Descubrimos que el gas no procedía de una profundidad normal para una fuente de cientos de kilómetros cúbicos de gas, pero esa fuente de las profundidades alimentaba una bolsa de gas relativamente cerca de la superficie de la Tierra. Este depósito no era despreciable y daba el indicio de que se podía perforar a mayor profundidad y llegar seguramente a tener gas con gran rentabilidad”.
Estas otras cinco vivencias de la vida de Raúl Buholzer las ha seleccionado él de la gran cantidad de historias que tenemos todos los seres humanos en el largo transcurso de nuestras vidas. Esta selección tiene su importancia especial porque le tocó en ellas convivir con algunos de sus mejores amigos, Hernán Muñoz, Sergio Novogrusky, Jorge Asuajo.
Las personas que escriben sus memorias normalmente tocan los temas que más les han agradado vivir, pero es también muy importante conocer estas otras partes de sus vidas. Estas cinco anecdóticas partes de la vida de Raúl no corresponden estrictamente a lo que él quería que fuese el transcurrir de los ideales de su vida. Se debieron realizar en relación con sus obligaciones de trabajo. Sin embargo, a mi me parece, que son interesantísimos los temas de estas historias: dirigir la formación de la Fábrica de Escobas Atlas, la entrega de la materia prima para la fábrica de carburo, el tema del gas en la zona de Temuco y del petróleo en Argentina.
Ahora el tema del gas argentino de Neuquén se hace muy importante, dado que Chile lo necesita tanto para el uso domiciliario como para muchas de sus industrias. Este tema que Raúl haya participado en la primera extracción de petróleo y gas en Argentina goza de actualidad.
Nota:
foto 1: 1950 Raúl Buholzer Matamala.
foto 2: 1953 Hernán Muñoz Álvarez.
foto 3: Mapa de la zona.
foto 4: 1956 Raúl Buholzer M.
foto 5: 1950 Marta Sepúlveda Gallais.
foto 6: 1967 Raúl BuholzerM.
2006 Temuco.