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Historia recopilada por Aída María Román.
Temuco
Aprovechando que Raúl está con vena de comentar sus recuerdos... lo insté a que me contara sus vivencias con el Tony Caluga. Él es el Tony latinoamericano de más relevancia. A su muerte le erigieron en Santiago un monumento en el lugar donde se instala el circo todas las primaveras. Raúl me relató así su convivencia con él y yo escribí.
Hace muchos años, en la década del 60, llegaba nuevamente el circo Las Águilas Humanas a la ciudad de Temuco. Yo era en ese entonces Presidente de los Profesores de la Provincia de Cautín. Recuerdo que le conté a más de alguno de mis colegas en el Liceo de Hombres N°1, hoy Liceo Pablo Neruda, que hacía unos años había conocido al Tony Caluga y que me parecía un artista tan completo que lo comparaba sólo con Charles Chaplin. Un Tony realmente entregado de cuerpo y alma a su profesión y a enseñar algo más aparte de hacer reír a su público. Así yo lo estimaba, como también la mayor parte del público chileno. El Circo Águilas Humanas era un circo sin alma si no estaba el Tony Caluga. Decir Águilas Humanas era decir el Circo del Tony Caluga. Su esposa, Teresita, administraba la fabricación y distribución de las deliciosas calugas que ella misma con otras personas vendían al público al comenzar las funciones y en los intermedios. Ella las había hecho famosas, tan famosas que el propio Tony recibió el sobrenombre de Tony Caluga. Ella era una enamorada y abnegada admiradora del arte de su marido. Teresita le ayudaba muchísimo, era su pasión y su consejera. El Tony Caluga era conocido en toda Latinoamérica. En estos momentos estamos haciendo este recuerdo de él en una cafetería del centro de una importante ciudad de Alemania, donde hay muchísimos chilenos que lo recuerdan también. Y como los tiempos han cambiado, esta información puede ser leída en unos minutos mas en cualquier parte del mundo, donde se disponga de un computador, o donde se encuentre un cibercafé, o bien visitando una biblioteca importante. La dirección es: historiasderaul.blogspot.com
Yo conocí a este genio del arte circense desde una de las primeras giras de Las Águilas Humanas a esta ciudad, asistía invariablemente al circo cada vez que éste venía a Temuco y además trataba de tomar las localidades más cercanas al proscenio. Yo lo admiraba por considerarlo, como ya lo dije anteriormente, un artista al nivel y en el género de Charles Chaplin y no me equivocaba, ya que su arte cómico casi invariablemente llevaba algún mensaje. Los mensajes generalmente tenían que ver, en el fondo, con las injusticias sociales. El Tony Caluga vivía preocupado en desarrollar cada vez mejor su ya famosa profesión artística. La misma dedicación sostuvieron sus compañeros de trabajo, los Hermanos Farfán, quienes en el trapecio llegaron a dominar su arte a tal extremo que en la década del sesenta recibieron dos medallas de oro en el famoso Festival Europeo Mundial de Espectáculos Circenses de Mónaco.
Yo era muy aficionado a celebrar los números cómicos, especialmente, con mensajes de contenido social. Admiraba el optimismo y la vida alegre, por eso quería mucho al Tony Caluga. Resultó que después de tener amistad con él en Temuco, conocí a unos amigos de Abraham en Santiago. Tuve contactos posteriores con él y su señora en la capital, en los restaurantes de la calle Teatinos, donde era muy habitual que se juntara un grupo de sus amigos artistas.
Al día siguiente que se anunció la llegada del circo a Temuco, en una de sus giras a esta ciudad, me encontré al llegar a la casa que en el antejardín tocaba el timbre una pareja de personas que mirándolos por la espalda me pareció de inmediato que eran muy apreciados y conocidos míos, o quizás la intuición me anunciaba que eran muy amigos. Me acerqué y la sorpresa fue grande al ver que era el Tony Caluga y su esposa, con los que nos dimos un gran abrazo. Me venían a saludar antes de visitar a ningún otro amigo en Temuco. Los hice pasar de inmediato a la casa y nuestra nana, Elena, ya sabía como actuar y movilizarse en casos como estos. Ella tenía para estas emergencias preparado siempre el esquema de un almuerzo especial. Mis agradables visitas, después de hacer un brindis, se quisieron ir y yo en tono de broma actué diciendo, -Elenita venga, le presento a mi amigo el Tony Caluga y a su señora Teresa San Martín- y le agregué, -ellos se quieren ir, creen que usted no tiene almuerzo suficiente para todos-. Elena contestó, -mientras ustedes conversaban yo preparé ya todo-. Se quedaron ahí y minutos después llegó mi esposa Martita de la escuela y se armó una agradable convivencia. La conversa no paró, disfrutamos de un almuerzo muy rociado y contentos de este inolvidable encuentro.
Al llegar a mi casa ellos comenzaron haciendo bromas, porque veían mi apellido escrito en muchísimos muros y cercos de las calles. A propósito de esto les comenté durante el almuerzo que yo tenía solamente una casa en Temuco, que los otros tantísimos cercos y muros donde ellos habían visto escrito Buholzer no eran de mi pertenencia. Les conté que el motivo de que mi apellido estuviera escrito en las demás partes era por ser yo candidato a regidor. Por supuesto que de esto ellos también se habían dado cuenta.
En la conversación sacaron dos tarjetas de invitación al circo y le regalaron otra a Elena. Allí, entre bromas y bromas, surgió la idea de que mi amigo me iba a hacer propaganda durante la función. Resultó de esto finalmente que uno de los números centrales del circo fue un show donde él concluía que el mejor candidato a regidor que tenía Temuco era Raúl Buholzer. Desgraciadamente yo estaba con compromisos ineludibles y por primera vez no podía asistir al circo, ya que coincidía con la hora del inicio de la función el tratar de parar el desalojo de personas damnificadas que estaban viviendo a la interperie. No tomé en cuenta para nada que podría servirle de propaganda, estar en un circo, a un candidato a regidor. Así que asistió con Martita la Elenita al circo y ellas me contaron después que había sido un lindo número, que mi amigo le había hecho bromas a Elena y que el público se divirtió mucho. Mi amigo Abraham en este show destacó el hecho de que a Elena le habíamos enseñado a leer y a escribir y dijo además el Tony que ella vivía como parte de nuestra familia. Le habíamos entregado un sueldo porcentualmente proporcional a nuestros dos sueldos. Cada tres años le llegaba a Martita y a mi invariablemente un aumento de sueldo trienal y esto se le respetaba rigurosamente a Elena. Con estos ejemplos y por un motivo u otro descartaba a todos los otros candidatos y dejaba a Raúl Buholzer como único candidato. Él pensaba que yo como regidor de Temuco sería una solución y garantía para la gente más desprotegida.
A mi amigo Abraham le agradecí la amable invitación a las primeras filas de la platea y le dije que lamentaba no haber podido asistir a la función de inauguración del circo, porque tenía una obligación gremial ineludible e impostergable ese mismo día. El Tony Caluga como buen amigo, no se resintió para nada y dijo que al contrario, había sido mejor que yo no estuviera presente allí. Él le había dicho al público que yo estaba solucionando problemas de los pobladores, ya que esa tarde desalojaban a un grupo de ellos que se habían tomado provisoriamente un terreno, porque habían sido afectados por la inundación del río Cautín. Él fue, y yo indirectamente, muy aplaudido por el público circense.
Les ofrecimos con mi esposa a él y a Teresita que podían irse a pasar un tiempo de vacaciones a nuestra casa ubicada en el balneario de Lican-Ray. Nos lo agradecieron, pero esto resultó inviable por sus pasiones y obligaciones artísticas. Su presencia en nuestra casa era como una excepción a sus abnegadas obligaciones artísticas, él vivía para el Circo Las Águilas Humanas. Así conocí a Abraham Lillo Machuca, que era 13 años mayor que yo y del que yo intuía que tenía mucho que aprender. Su educación y erudicción provenían de ser él un fantástico autodidacta. Llegó incluso, entre muchas otras actividades, a hacer clases de circo en el Teatro Caupolicán de Santiago.
Mi amigo Abrahan Lillo Machuca, Machuquita, Tony Caluga, falleció el 17 de julio de 1997, cuando yo estaba en Alemania. Su nombre y su herencia artística han quedado en su hijo Abraham Lillo San Martín, Cascarita, quien se destaca en Europa como un artista de circo que lleva en el alma el mismo género de su padre. Aparece en Suecia visitando los hospitales de niños y los lugares con niños minusválidos. Él, como su padre, tiene una sensibilidad muy especial hacia esos niños, ellos son los que más se divierten con las mímicas y los gestos de estos super y desinteresados artistas. Esto de nuevo me hace recordar que era el género y la tendencia de Charles Chaplin. Son sus continuadores. Se dice que sus nietos también heredaron esta gran sensibilidad. Por eso estamos escribiendo estos hechos con mucha dedicación y emoción.
¡Adelante Cascarita, tienes la pista libre!
Historia recopilada por Aída María Román.
Temuco
Aprovechando que Raúl está con vena de comentar sus recuerdos... lo insté a que me contara sus vivencias con el Tony Caluga. Él es el Tony latinoamericano de más relevancia. A su muerte le erigieron en Santiago un monumento en el lugar donde se instala el circo todas las primaveras. Raúl me relató así su convivencia con él y yo escribí.
Hace muchos años, en la década del 60, llegaba nuevamente el circo Las Águilas Humanas a la ciudad de Temuco. Yo era en ese entonces Presidente de los Profesores de la Provincia de Cautín. Recuerdo que le conté a más de alguno de mis colegas en el Liceo de Hombres N°1, hoy Liceo Pablo Neruda, que hacía unos años había conocido al Tony Caluga y que me parecía un artista tan completo que lo comparaba sólo con Charles Chaplin. Un Tony realmente entregado de cuerpo y alma a su profesión y a enseñar algo más aparte de hacer reír a su público. Así yo lo estimaba, como también la mayor parte del público chileno. El Circo Águilas Humanas era un circo sin alma si no estaba el Tony Caluga. Decir Águilas Humanas era decir el Circo del Tony Caluga. Su esposa, Teresita, administraba la fabricación y distribución de las deliciosas calugas que ella misma con otras personas vendían al público al comenzar las funciones y en los intermedios. Ella las había hecho famosas, tan famosas que el propio Tony recibió el sobrenombre de Tony Caluga. Ella era una enamorada y abnegada admiradora del arte de su marido. Teresita le ayudaba muchísimo, era su pasión y su consejera. El Tony Caluga era conocido en toda Latinoamérica. En estos momentos estamos haciendo este recuerdo de él en una cafetería del centro de una importante ciudad de Alemania, donde hay muchísimos chilenos que lo recuerdan también. Y como los tiempos han cambiado, esta información puede ser leída en unos minutos mas en cualquier parte del mundo, donde se disponga de un computador, o donde se encuentre un cibercafé, o bien visitando una biblioteca importante. La dirección es: historiasderaul.blogspot.com
Yo conocí a este genio del arte circense desde una de las primeras giras de Las Águilas Humanas a esta ciudad, asistía invariablemente al circo cada vez que éste venía a Temuco y además trataba de tomar las localidades más cercanas al proscenio. Yo lo admiraba por considerarlo, como ya lo dije anteriormente, un artista al nivel y en el género de Charles Chaplin y no me equivocaba, ya que su arte cómico casi invariablemente llevaba algún mensaje. Los mensajes generalmente tenían que ver, en el fondo, con las injusticias sociales. El Tony Caluga vivía preocupado en desarrollar cada vez mejor su ya famosa profesión artística. La misma dedicación sostuvieron sus compañeros de trabajo, los Hermanos Farfán, quienes en el trapecio llegaron a dominar su arte a tal extremo que en la década del sesenta recibieron dos medallas de oro en el famoso Festival Europeo Mundial de Espectáculos Circenses de Mónaco.
Yo era muy aficionado a celebrar los números cómicos, especialmente, con mensajes de contenido social. Admiraba el optimismo y la vida alegre, por eso quería mucho al Tony Caluga. Resultó que después de tener amistad con él en Temuco, conocí a unos amigos de Abraham en Santiago. Tuve contactos posteriores con él y su señora en la capital, en los restaurantes de la calle Teatinos, donde era muy habitual que se juntara un grupo de sus amigos artistas.
Al día siguiente que se anunció la llegada del circo a Temuco, en una de sus giras a esta ciudad, me encontré al llegar a la casa que en el antejardín tocaba el timbre una pareja de personas que mirándolos por la espalda me pareció de inmediato que eran muy apreciados y conocidos míos, o quizás la intuición me anunciaba que eran muy amigos. Me acerqué y la sorpresa fue grande al ver que era el Tony Caluga y su esposa, con los que nos dimos un gran abrazo. Me venían a saludar antes de visitar a ningún otro amigo en Temuco. Los hice pasar de inmediato a la casa y nuestra nana, Elena, ya sabía como actuar y movilizarse en casos como estos. Ella tenía para estas emergencias preparado siempre el esquema de un almuerzo especial. Mis agradables visitas, después de hacer un brindis, se quisieron ir y yo en tono de broma actué diciendo, -Elenita venga, le presento a mi amigo el Tony Caluga y a su señora Teresa San Martín- y le agregué, -ellos se quieren ir, creen que usted no tiene almuerzo suficiente para todos-. Elena contestó, -mientras ustedes conversaban yo preparé ya todo-. Se quedaron ahí y minutos después llegó mi esposa Martita de la escuela y se armó una agradable convivencia. La conversa no paró, disfrutamos de un almuerzo muy rociado y contentos de este inolvidable encuentro.
Al llegar a mi casa ellos comenzaron haciendo bromas, porque veían mi apellido escrito en muchísimos muros y cercos de las calles. A propósito de esto les comenté durante el almuerzo que yo tenía solamente una casa en Temuco, que los otros tantísimos cercos y muros donde ellos habían visto escrito Buholzer no eran de mi pertenencia. Les conté que el motivo de que mi apellido estuviera escrito en las demás partes era por ser yo candidato a regidor. Por supuesto que de esto ellos también se habían dado cuenta.
En la conversación sacaron dos tarjetas de invitación al circo y le regalaron otra a Elena. Allí, entre bromas y bromas, surgió la idea de que mi amigo me iba a hacer propaganda durante la función. Resultó de esto finalmente que uno de los números centrales del circo fue un show donde él concluía que el mejor candidato a regidor que tenía Temuco era Raúl Buholzer. Desgraciadamente yo estaba con compromisos ineludibles y por primera vez no podía asistir al circo, ya que coincidía con la hora del inicio de la función el tratar de parar el desalojo de personas damnificadas que estaban viviendo a la interperie. No tomé en cuenta para nada que podría servirle de propaganda, estar en un circo, a un candidato a regidor. Así que asistió con Martita la Elenita al circo y ellas me contaron después que había sido un lindo número, que mi amigo le había hecho bromas a Elena y que el público se divirtió mucho. Mi amigo Abraham en este show destacó el hecho de que a Elena le habíamos enseñado a leer y a escribir y dijo además el Tony que ella vivía como parte de nuestra familia. Le habíamos entregado un sueldo porcentualmente proporcional a nuestros dos sueldos. Cada tres años le llegaba a Martita y a mi invariablemente un aumento de sueldo trienal y esto se le respetaba rigurosamente a Elena. Con estos ejemplos y por un motivo u otro descartaba a todos los otros candidatos y dejaba a Raúl Buholzer como único candidato. Él pensaba que yo como regidor de Temuco sería una solución y garantía para la gente más desprotegida.
A mi amigo Abraham le agradecí la amable invitación a las primeras filas de la platea y le dije que lamentaba no haber podido asistir a la función de inauguración del circo, porque tenía una obligación gremial ineludible e impostergable ese mismo día. El Tony Caluga como buen amigo, no se resintió para nada y dijo que al contrario, había sido mejor que yo no estuviera presente allí. Él le había dicho al público que yo estaba solucionando problemas de los pobladores, ya que esa tarde desalojaban a un grupo de ellos que se habían tomado provisoriamente un terreno, porque habían sido afectados por la inundación del río Cautín. Él fue, y yo indirectamente, muy aplaudido por el público circense.
Les ofrecimos con mi esposa a él y a Teresita que podían irse a pasar un tiempo de vacaciones a nuestra casa ubicada en el balneario de Lican-Ray. Nos lo agradecieron, pero esto resultó inviable por sus pasiones y obligaciones artísticas. Su presencia en nuestra casa era como una excepción a sus abnegadas obligaciones artísticas, él vivía para el Circo Las Águilas Humanas. Así conocí a Abraham Lillo Machuca, que era 13 años mayor que yo y del que yo intuía que tenía mucho que aprender. Su educación y erudicción provenían de ser él un fantástico autodidacta. Llegó incluso, entre muchas otras actividades, a hacer clases de circo en el Teatro Caupolicán de Santiago.
Mi amigo Abrahan Lillo Machuca, Machuquita, Tony Caluga, falleció el 17 de julio de 1997, cuando yo estaba en Alemania. Su nombre y su herencia artística han quedado en su hijo Abraham Lillo San Martín, Cascarita, quien se destaca en Europa como un artista de circo que lleva en el alma el mismo género de su padre. Aparece en Suecia visitando los hospitales de niños y los lugares con niños minusválidos. Él, como su padre, tiene una sensibilidad muy especial hacia esos niños, ellos son los que más se divierten con las mímicas y los gestos de estos super y desinteresados artistas. Esto de nuevo me hace recordar que era el género y la tendencia de Charles Chaplin. Son sus continuadores. Se dice que sus nietos también heredaron esta gran sensibilidad. Por eso estamos escribiendo estos hechos con mucha dedicación y emoción.
¡Adelante Cascarita, tienes la pista libre!